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Y la crítica dice...

Ópera Actual, crítica de Roger Alier

nº167, Enero, 2014

 

El mundo Wagneriano está lleno de contradicciones, y el autor de este libro las ilustra; la primera de ellas es que el propio Emilio José Gómez no haya puesto nunca los piés en el Festival que ha historiado. No obstante, el volumen, que trata los veinte primeros años del renacido Festival de Bayreuth desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la muerte de Wieland Wagner (1966), facilitará la difusión de este intrincado mundo. Un libro para leído con especial atención, porque ventila muchas de las opiniones que se han vertido sobre el Festival, muchas veces a la ligera; cómo fue apartada para que el evento renaciera de las contaminadas cenizas del régimen de Hitler; los antecedentes artísticos y creativos de Wieland; las características de los directores de orquesta que se enfrentaron a las eminentes dificultades de conectar foso orquestal y cantantes... Un poco escaso el espacio dedicado a la histórica visita del Festival a Barcelona en 1955 -cuando el Liceu obtuvo un ciclorama esencial en la iluminación de Wieland Wagner del que el teatro vivió más de treinta años-. Salvo algún error de imprenta de menor cuantía, se trata una obra sugestiva, inmersa en el pantanoso terreno ideológico y de las distintas tradiciones, pero que el autor solventa con capacidad narrativa.

Mundo Clásico, critica de Carlos Ginebreda

19 de diciembre de 2013.

​Un libro valioso y necesario

Ahora que concluye el año del 200 aniversario del nacimiento de Wagner se publica este magnífico libro dedicado al “Nuevo Bayreuth”.  Es un libro valioso y necesario. Es valioso por varias razones, y es que quien lo escribe, Emilio José Gómez Rodríguez, es un autor joven (nacido en 1979), por lo que la primera virtud a destacar es la de un buen wagneriano que cree sin haber visto, es decir, no es testigo directo de las puestas en escena que comenta (aunque sí ha escuchado las tomas en vivo de una buena cantidad de registros fonográficos).

 

En segundo lugar, este libro no parece haber recibido apoyo oficial de los/las responsables actuales del Festival de Bayreuth, y por tanto, no es probable que el autor haya podido consultar los archivos del Festival de Bayreuth (correspondencia, dibujos, diseños, fotografías, etc.), lo que representa un esfuerzo adicional. Y es que el “Nuevo Bayreuth” no está de moda, y menos aún la figura de Wieland Wagner, ya que el bando oficial que se ha hecho con la dirección del Festival proviene de la estirpe de Wolfgang Wagner, pues son sus dos hijas quienes dirigen el Festival, y quizás no les interese demasiado la obra de Wieland. Un indicio de ello es que la firma discográfica ORFEO ha anunciado que por ahora no se publicarían más grabaciones históricas del Festival (en defensa o descargo las las co-directoras del Festival hay que decir que puede no ser problema de ellas, si no de los sindicatos o de los derechos de propiedad intelectual, y en general también se puede echar la culpa a la crisis económica imperante).

 

Asimismo es un libro necesario, pues trata de una etapa particularmente fecunda en la escena e interpretación wagnerianas. Una época gloriosa que se describe con todo detalle. El autor además analiza y comenta en las 44 páginas finales del libro grabaciones de la época, y por tanto, más allá de gustos subjetivos, se compromete y ofrece una valoración general: como se diría coloquialmente, se moja, lo que añade interés a la obra.

 

El wagneriano estudioso y sensible sabe que el “Nuevo Bayreuth” fue una etapa esencial, con extraordinarios cantantes-actores y directores. Además, como muy bien indica el autor, fue una experiencia en constante evolución artística. Mientras escribo esta líneas, examino con nostalgia el Programa de los Festivales de Bayreuth de 1973, en el que vienen fotos, textos y comentarios que acreditan que el extraordinario Parsifal de 1951 producido por Wieland Wagner, fue modificándose año a año hasta ese 1973 –y no sólo técnicamente con iluminaciones y escenarios diferentes- si no que los intérpretes y artistas también se adaptaron a estos cambios.

Es cierto que en castellano, y para el wagneriano versado, profundo y creyente en la causa del genio de Bayreuth, existen los trabajos del inolvidable y queridísimo Ángel Fernando Mayo. Pero la obra de Ángel F. Mayo es otra cosa. Una combinación inusual de erudición y pasión que difícilmente se volverá a producir, porque además, él sí fue testigo del “Nuevo Bayreuth”. El autor elogia la obra de A. F. Mayo, pero no se basa únicamente en algunos de sus escritos y obras, sino que ha acudido a muchas otras fuentes y nos ofrece una amplia visión del “Nuevo Bayreuth”, desde el punto de vista de intelectuales y críticos alemanes, anglosajones y franceses así como de intérpretes del “Nuevo Bayreuth”.

 

El libro que ahora se comenta está bien sistematizado y estupendamente escrito. Es a la vez entretenido y proporciona un variado surtido de datos y anécdotas. Cada capítulo viene encabezado por frases de Wagner o de sus obras, lo cual pone al lector en situación mental y emocional de lo que va a leer. Las notas a pie de página (aproximadamente 450) y la bibliografía utilizada por el autor revelan también que estamos en presencia de un estudio serio y riguroso sobre el “Nuevo Bayreuth”. 


Este volumen de 435 páginas, se divide en 34 capítulos. En los primeros capítulos (2-5) se introduce al lector en la génesis del Festival de Bayreuth, la sucesión a Cósima Wagner tras la muerte del compositor, la etapa en que fue dirigido por el hijo de ambos, Siegfried Wagner y las vicisitudes de la siniestra época nazi, en que Winifred Wagner, viuda de Siegfried, tomó las riendas del festival. Los capítulos siguientes (6-13) explican pormenorizadamente la refundación del Festival tras la Segunda Guerra Mundial, la reinauguración que tuvo lugar en 1951 y una semblanza de los cantantes y directores musicales del “Nuevo Bayreuth”. En sucesivos capítulos (14-31) se describe el período álgido del “Nuevo Bayreuth”, que transcurrió entre los festivales 1952 hasta 1965, año en que acaeció el prematuro fallecimiento de Wieland Wagner, para continuar en los capítulos que siguen (32-34) en el final de los años del “Nuevo Bayreuth”, situado en los años 1966 y 1967, en los que continuó, aunque languideciendo, la influencia de Wieland Wagner, marcada por su última producción del Anillo del Nibelungo. También en los capítulos finales se hace una referencia a los festivales posteriores al “Nuevo Bayreuth” hasta la actualidad.

Desde mi temprana afición a Wagner, y hablando con numerosos testigos del “Nuevo Bayreuth” siempre llegué a una conclusión que el libro me confirma: no todo fue genial y en algunos casos la escena se presentaba un poco pobre y espartana, pero sí fue un fenómeno de gran riqueza tanto en la acción, la luz y el color, como en el drama musical, especialmente en el caso de Wieland. Cuando he preguntado a algún experto si se podría rescatar alguna puesta en escena del “Nuevo Bayreuth” y trasladarla a la actualidad, siempre he recibido una respuesta negativa, ya que aquello tenía tanta vida y drama, que situarlo fuera del contexto del “Nuevo Bayreuth” carecería de la experiencia, teatralidad y dramatismo que tuvo y supuso en su día.

 

De cara al futuro y para ahondar más en el “Nuevo Bayreuth” quedan pendientes dos cosas, a saber: primero, agrupar todas las fotografías, especialmente en color, de las escenografías del “Nuevo Bayreuth”; y en segundo término rescatar y restaurar toda filmación que exista, y publicarla ordenada en formato video (DVD, Blu-Ray o el soporte o señal que sea).

En definitiva, el conocimiento básico sobre el “Nuevo Bayreuth”, y por fortuna en castellano, está en este libro. Es totalmente recomendable y para muchos será imprescindible. Ahora bien, hay que advertir que el wagneriano que tenga profundos y detallados conocimientos sobre los Festivales de Bayreuth, y las grabaciones del “Nuevo Bayreuth”, siempre encontrará que al libro le falta o sobra algo. Y es que ese tipo de creyente y peregrino wagneriano es insaciable, y siempre quiere saber más. Esperemos que este libro remedie y colme aunque sólo sea en parte estas expectativas.

 

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